Ana Agirre lleva 14 años trabajando en Logikaline. Comenzó en Hernani, en las instalaciones de Orona, pero ya lleva tres años en Abaltzisketa. Sabe lo que es trabajar en 24 horas, conoce los tres turnos y en esta entrevista nos relata sus vivencias.

¿Cómo recuerda los inicios?

Comencé los sábados, en un turno de 7.00 a 15.00. Luego también comencé los domingos, poco a poco empecé a hacer sustituciones y a cubrir bajas y luego ya entré definitivamente en la empresa. Estoy muy contenta.

¿Cómo fue el traslado de Hernani a Abaltzisketa?

Al principio me dio pena, llevaba ya allí muchos años y ya estaba acostumbrada a la dinámica. Pero una vez en Abaltzisketa, también ha ido todo muy bien, es más, pienso que el cambio me ha venido muy bien.

Antes hacía su labor para Orona, ahora para Eroski. ¿Cambia mucho?

Sí, cambia mucho, son dos entidades muy diferentes. De todas formas, el cambio fue poco a poco. Cuando vine a Abaltzisketa seguía con Orona, y el cambio se hizo de una forma paulatina.

¿Han cambiado mucho las cosas en los 14 años?

Muchísimo. Cuando empecé en Orona solo trabajaba en España y ahora se han incorporado otros países. En Eroski llevo tres años, pero también se nota que va creciendo. Pero a lo mejor el mayor cambio ha sido en la tecnología, que ha avanzado mucho y sigue avanzando

Ha trabajado en el servicio de 24 horas. ¿Cambia mucho de día a la noche?

Completamente, no tiene nada que ver. Durante la noche hay muchas menos llamadas y muchas veces se aprovecha para hacer otros trabajos. De todas formas, para cada empresa las cosas cambian. En Orona por ejemplo, al ser de ascensores variaba según el día. Si llovía mucho, o los días de tormenta es cuando se iba más veces la luz y había muchas llamadas.

¿Cuando le llaman para decir que está atrapado en un ascensor, no hay que ser un poco psicóloga?

Sin lugar a dudas. Hay personas que llaman con toda la tranquilad del mundo, pero otras que llaman con mucho miedo, por diferentes razones. Necesitan una voz que les o las tranquilice y hay que hablar con dulzura. De todas formas, si es durante el día pueden entrar más llamadas, e igual no hay demasiado tiempo para estar con esa persona atrapada, pero siempre se intenta estar con ella. Si es de noche normalmente no suele haber muchas llamadas, por lo que siempre hay más tiempo.

¿Algún recuerdo especial?

Pues sí, una vez me llamaron dos niños de Granada, que se quedaron atrapados en el ascensor. Después de tranquilizarles, hasta que llegó el técnico estuvimos hablando y acabamos hablando de fútbol, cuando a mi no me gusta nada el fútbol, pero son cosas que tocan, y hay que entender que para esas personas era un momento difícil. Salían de casa a jugar y se quedaron atrapados.

¿También hay llamadas con la intención de tomar el pelo?

Las hay y a veces lo notas, pero tampoco puedes estar segura de ello. En el caso de Orona, por ejemplo, no hay más remedio que llamar al técnico, no se puede arriesgar. En el caso de Eroski tampoco puedes cortar la llamada, hay que dar respuesta a lo que te piden. Hay gente para todo, y normalmente ese tipo de llamadas suelen ser a la noche.

¿El turno de trabajo que más le gusta?

Para la persona pienso que el mejor turno es el de la tarde, que es cuando mejor está el cuerpo, pero para mí, sin lugar a dudas, el mejor horario es el de la mañana, que ya luego se queda el día para hacer otras cosas. Eso también dependerá de cada persona. Para mí lo peor es el turno de noche. Ya a partir de las cuatro de la mañana me ataca el sueño y luego ya durante el día no se descansa igual. Yo cuando trabajada de noche llegaba ya reventada al viernes. El turno partido también me gusta.

¿Si ahora le dicen que tiene que hacer otro trabajo dentro de la empresa?

No habrá problemas. Al final cuando una quiere trabajar y tiene ganas de trabajar, no importa. Empecé para Orona, ahora para Eroski, cuando hay ganas, no hay problemas. Si algún día tengo que hacer otro trabajo dentro de la empresa, por mi parte no habrá ningún problema.