Iñaki, Igotz, Leire y Begoña, una importante representación de la directiva de Logikaline, fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a lo que fue una presentación articulada en torno a las tres aristas del TRIÁNGULO DE ORO EMPRESARIAL, “una figura que resume tres materias estratégicas que las empresas quieren desarrollar en colaboración con el entorno para situar a Gipuzkoa entre los territorios más avanzados a nivel empresarial y social": Nueva Cultura, colaboración y tracción del talento.

El contact center precedió las reflexiones sobre colaboración entre Xabier Marcet, Presidente de Lead to Change, y Javier Bollo, Director General del Grupo Wisco, y al broche final con Jorge Arévalo, Viceconsejero de Formación Profesional y Javier García, parte del equipo de Indaux. Estos últimos analizaron la situación de la formación en Euskadi y las nuevas exigencias técnicas a las que se enfrenta la industria vasca.

El tono de color y la palabra “personas”,  clave en torno a la que debería pivotar todo el tejido empresarial, los puso Logikaline. Mientras, Igotz Roteta, Responsable de Operaciones, compartió su experiencia coordinando a grupos de personas, en este caso compuestos en su mayoría por mujeres; y  destacó la importancia de sentirse parte del proyecto como una única voz.  Lo que a priori, resultó muy idílico para parte del respetable vino a ser corroborado por la Jefa de Ventas, Begoña Aizpurua, quien le dio voz a una historia vivida pocos día antes con una de sus comerciales, quien le anunció su embarazo y le trasladó su temor por perder su empleo. Y es que ante esa realidad, Begoña no dudó en recalcar que todas las mujeres sentadas en el escenario de Tabakalera también eran madres, algo que Gorostidi aprovechó para afirmar con rotundidad que la maternidad incrementó el compromiso de todas ellas con la empresa y, “las hizo, si cabe, más productivas, ya que gestionan su tiempo desde otra perspectiva”.  

Zabaleta, por su parte, recalcó que el equipo que forma el contact center es una familia cargada de positivismo, “algo que solo es posible si se mantiene una relación bidireccional basada en el equilibro entre dar y tomar".

Toda la conversación estuvo coordinada bajo la batuta de Ángel Castrillo, destacado coach de ADEGI, así como del deportista de élite y ahora también coach, Jon Karla Lizeaga, quienes “tiraron” de cuentos de hadas y dragones” para crear un storytelling que se adecuara a la realidad de un contact center que nació y creció,  en un paraíso, algo surrealista si lo comparamos con la verdad de la mayoría de los call center que pueblan la geografía nacional.

Sin techos de cristal, pero con pasaportes a la realidad 

Para unos pocos de los asistentes,  la realidad de Logikaline parecía muy “ideal”, incluso con “monjas ursulinas” se les llegó a comparar, sin embargo, el broche final de Iñaki Gorostidi, dejó en claro, que nada de lo que merece la pena en esta vida es regalado y que siendo Logikaline una empresa de servicios que trabaja por y para el cliente, es necesario conocer y clasificar muy bien a los trabajadores para evitar a los tan temidos tóxicos. Él, con su curiosa división de personas y colores, puso el foco en el grupo de empleados que, a pesar de sus ganas de trabajar, necesitaban un refuerzo formativo y puntualizó que a los  “falsos Messi y Ronaldos” que no se muestran interesados en aprender y crecer a nivel profesional, se les presenta un “pasaporte a la realidad”. Una Una realidad que toma la forma de un nuevo departamento, otro puesto o lo que fuera necesario.

En tan solo media hora Logikaline, el partner de servicios de los clientes,  dejó claro que  "no hacen máquinas, ni piezas, si no que  tratan a las personas",  y si de algo saben es de eso, de personas y de interacciones humanas.