Un pequeño pueblo en las montañas del país vasco. De hecho, justo al pie de uno de los monte más alto de Gipuzkoa, está a punto de ser testigo de un reto tradicional. Es ampliamente conocido que los vascos aman sus deportes rurales y sus tradiciones. También es muy conocido que los vascos son gente orgullosa. Tienen orgullo, pero sobre todo, respetan y aman sus tradiciones. Imagine este pequeño pueblo de 300 habitantes entre los verdes valles y barrancos donde las ovejas, las vacas y los caballos pastan. Los hombres conviven con la naturaleza y son muy vitales, unidos a su tierra. De pronto, llega un "extranjero" del pueblo cercano de Arriaran y se muestra muy seguro de sí mismo y de su habilidades como deportista de élite. Él es atlético, fuerte, encantador, lo que le da un aire de suficiencia en opinión de los hombres de Abaltziksketa. Si, el hombre es un reconocido poseedor de marcas en carreras a campo través y maratones de montaña. Parece decir que nadie en Gipuzkoa lo puede vencer cuando se trata de cruzar montes y valles en plena carrera. Los jóvenes que le han visto entrenar piensan que puede ser verdad, parece que el suelo se allana a su paso. Los hombres de Abaltzisketa guardan silencio y aguantan la enorme autoestima del hombre de Arriaran. Sí, es de lo mejor. Una de esas tardes grises y nubladas, tan frecuentes en las tierras altas de Gipuzkoa los hombres de Abaltzisketa están reunidos en el bar del pueblo cuando llegan noticias: El gran corredor se va a casar, y lo hará con una hermosa chica de Abaltzisketa. Sí, Jabier Lasa ya tiene fecha de boda. Un hombre mayor le pregunta: Jabi, vienes con tu fama de corredor de élite y cortejas a nuestras mujeres, ¿por qué...? El hombre es interrumpido por Jabi que con una cálida sonrisa le contesta: "Porque a las mujeres de aquí les gusto más que los chicos del pueblo. Hacen falta dos o tres de Abaltzisketa para igualarme." Eso fue el colmo. Conocemos el carácter de los hombres que habitan los campos y tierras de montaña de Gipuzkoa. ¿Iban a tolerar esa manera de ser? Sabemos la respuesta: ¡Rotundamente no! Ramón merecía una lección. Tres hombres se pusieron de pie en el bar y juraron enseñarle a Jabi la merecida lección. "¡Le derrotaremos en su propio terreno!" Pasó el tiempo: Ramón se casó y mantuvo su agenda de viajes y participaciones en carreras de prestigio. En los meses de descanso volvía a Abaltzisketa. La gente del pueblo empezó a verlo como uno de los suyos, a aceptarlo como uno más. Pero, los tres hombres no olvidaban su juramento. Por fin, el tiempo premió a los pacientes, Jabi estaba por terminar su carrera como corredor de élite. Había llegado la hora de darle a Jabi su lección. Los tres hombres fueron a visitar a su ahora vecino. "Hey Jabi, ¿te acuerdas de cuando bromeabas diciendo que hacían falta tres de Abaltzisketa para igualarte? Jabi dudó, hacía tanto tiempo que gastaba esas bromas, apenas podía acordarse, más bien no le gustaba acordarse de su imagen de súper atleta ante el pueblo. "Sí, me acuerdo. Sois vosotros los tres chicos que vais a comprobar que es así?" Iñaki, Mikel y Jon se rieron. "No somos los hombres que venimos para que veas lo equivocado que estás. Te vamos a vencer en lo tuyo." Ramón, por un momento miró a sus tres amigos y vecinos. "Bueno, ¿qué tenéis pensado? Iñaki, Jon y Miker miraron hacia la cumbre del Txindoki, el pico más emblemático de Gipuzkoa. Desde su cumbre, en los días claros, se puede casi llegar a ver Pamplona por la distancia entre la ciudad y la cumbre. También se divisa la costa del Cantábrico, siempre y cuando no cuelgan nubes del cielo. Jabi miró a la cima y giró la mirada a los tres hombres. "¿Y, bien"? dijo uno de ellos, "Qué te parece una carrera de relevos desde la plaza del pueblo hasta la cumbre? Es justo lo que querías ¿no?: Tú contra tres de Abaltzisketa. Si te atreves claro." "Venga esas manos. Ahora. Vamos con el alcalde para fijar día y hora. Así, tendréis tiempo para entrenaros" Después del apretón de manos los hombres se dirigieron al bar de siempre para celebrar el feliz acontecimiento: Se iba a celebrar una modalidad más del deporte rural vasco y ellos iban a ser los protagonistas. Ocurriría en su pueblo y las noticias llegan a todo el valle. Los cuatro hombres han estado entrenando fuerte. Muy fuerte durante meses. Hoy en día Iñaki es socio de Logikaline. Él y su socio, Luis Mari van a patrocinar la carrera. Se ha corrido la palabra. Por supuesto, no se falta a la tradición de hacer apuestas. Todos en los alrededores ya han hecho las suyas. Arriarán está con Jabi, su famoso atleta que se fue a vivir a Abaltzisketa desde que se casó. Todo Abalzisketa está de parte de Iñaki, Mikel y Jon. Bueno, hay una mujer casada de Abalziketa que no ha dicho por quién se decanta.... Aunque hay algunas viejas que afirman que a pesar de su silencio ya hecho alguna apuesta en secretoy que tiene sus preferencias. En fin, mejor olvidemos esos cotilleos. La carrera ha ido suscitando comentarios. Es una maravillosa oportunidad para visitar los alrededores del Txindoki, para un día de campo, para reunirse con amigos y vecinos, en fin, para pasar un día de campo al estilo vasco, que por supuesto, incluye deporte y apuestas. "Tres de Abaltzisketa contra uno de Arriaran" es el lema de la carrera. Está fijada para el 28 de junio a las 11 de la mañana. Los cuatro hombres correrán la misma ruta para alcanzar la escarpada cumbre a casi 1.400 metros sobre el nivel del mar. Lo verdaderamente importante es que se renueva una antigua tradición, que una modalidad de deporte rural tendrá lugar, una vez más. Un buen motivo para festejar: las antiguas tradiciones siguen vivas y vigentes. Eso es suficiente motivo para festejar y pasarlo bien. Además, es una buena manera de ajustar "cuentas de honor pendientes" entre amigos y vecinos. Os mantendremos informados.