Ha pasado el 2009, año que ha llevado el nombre de Crisis como apellido. Ahora entramos al 2010 con muchas lecciones aprendidas, con muchos esfuerzos, cicatrices de lucha y ratos de incertidumbre. Sin duda un año en el se ha dormido poco. Sin embargo, también habrá cosas positivas que se han podido aprender durante el año. Hemos podido valorar nuestra capacidad de resistencia, de creatividad, de flexibilidad. En un tono más personal podemos reflexionar que la vida, lo que de verdad somos, no tiene porque asumir el apellido de Crisis. A pesar de las circunstancias siempre podemos crecer, conocernos, valorarnos, re-inventarnos y reconocer el valor de nuestra vida. La crisis tiene un efecto terrible: genera miedo. El miedo es el que paraliza hasta el punto de quitarnos vida y teñir todo de un frío espectro gris. Es posible que el miedo no sea a la crisis, a las consecuencias de la misma en nuestro trabajo, incluso en nuestra persona. Quizá, el verdadero problema con el miedo es que no nos permite conocernos, nos resta toda energía vital y nos termina rindiendo. El miedo es a nuestra capacidad que infravaloramos por él. Pero, el miedo desaparece si aprendemos a valorar lo que somos, el regalo que cada día representa, que cada persona tiene. Desaparece si aprendemos a dar dimensión y energía vital a nuestras reflexiones y sentimientos. El 2009 termina, se acaba un ciclo, viene un año nuevo, pero nosotros estamos por encima de los ciclos; podemos trascender. Esa es la meta para 2010 y la queremos alcanzar desde el punto de vista profesional aportando nuestro valor como Call Center Multilingüe, como empresa especializada en telemarketing, a través de nuestros servicios de traducciones. Un trabajo profesional que hacemos sin miedos.