En situaciones complicadas se requiere capacidad de reacción y agilidad. Un portaviones es una embarcación sólida, pero pensemos en lo que tarda en girar o en detenerse. Un pequeño velero lo vence en esas maniobras sin problema alguno. Antiguamente, las empresas seguían un modelo piramidal en su estructura. Se pensaba que era la manera más eficiente de tener control y orden. Estas pirámides, eran como los portaviones: grandes, pesadas, sólidas. Entre muchas peculiaridades, tenían una muy interesante: la cantidad de incapaces que podían ascender a puestos que les sobrepasaban en capacidad. Todos conocemos algún ejemplo de estos. El famoso libro de la década de los 70'as, "El Principio de Peter" diagnóstico este fenómeno con claridad. El Principio fue sintetizado por su autor: "En toda jerarquía, todo empleado asciende hasta su nivel de máxima incompetencia". Era la consecuencia lógica de pensar en una carrera siempre en ascenso. Crecer significaba ascender en la pirámide, a veces, a cualquier costo. Distintas crisis económicas y la necesidad de competir mejor, produjo reformas en el mundo empresarial: la administración por objetivos, la búsqueda de la calidad total, etc. etc. Entre las revoluciones que se dieron a partir de los 70'as nació el aplanar la pirámide para sustituirla por una estructura más ágil y flexible como el velero. Nació el organigrama en forma de "huevo frito": mínimos niveles jerárquicos, multifuncionalidad, capacidad de reacción, de ajuste, de hacer cosas nuevas,.., En suma, adaptarse para sobrevivir y evolucionar. Desarrollo ya no se entendió como "ascender" sino como expansión. Entraron en consideración otros factores: un equilibrio entre lo que puedo hacer, las capacidades que se tienen, la remuneración y ventajas que se obtienen por desempeñar tal o cual función, etc. etc. Conocemos también ejemplos de estos: Un gran comercial puede ser un pésimo gerente comercial. Ni a él, ni a la empresa, le convendría un cambio así. Presiones nuevas, responsabilidades no deseadas o conocidas, disminución de ingresos por comisiones, tranquilidad y flexibilidad para planificar el trabajo versus tiempos rígidos, etc... Logikaline ha optado desde su fundación por un modelo que redujera costos, que fuera adaptativo y rápido de reacción. Aprovechando al máximo las habilidades de las personas que trabajan en la empresa. Más que ascender se trata de crecer en la expansión de funciones y capacidades. En estos tiempos, además de la confianza, hay que poder freír un huevo mientras se navega en un velero.