“Un día las inteligencias artificiales nos verán como a simios que caminaban erguidos condenados sin remedio a la extinción.” Esta es sin duda una de las frases más perturbadores de Nathan Bateman, el excéntrico y a la postre desequilibrado científico que protagoniza Ex Machina. 

En este filme futurista de producción inglesa los robots suponen un avance incomparable para la humanidad. Una humanidad que crece, vive y muere supeditada en muchas ocasiones al vil metal, la comodidad y la inmediatez. Y aunque Ex Machina retrata una historia de ficción, no dista tanto del mundo actual en que tanto los millennials como la generación Z prefieren ser atendidos por chatbots antes que por personas.

Dos generaciones que optan por los chabots: Millenial y Z

Según arroja el último estudio llevado a cabo por el Boston Consulting Group, ambas generaciones prefieren solucionar sus incidencias con ayuda de un chatbot o asistente virtual. Dato que parece contradecirse con el hecho de que en los contact center se registran cada vez más llamadas a los teléfonos de atención al cliente.

Sea cual sea la realidad, resulta innegable que la inteligencia artificial es la clave para optimizar procesos e implementar ventajas competitivas en el mundo empresarial.

El aprendizaje de la IA y la RAE

Una IA aprende a través de la repetición de patrones lógicos y al procesamiento del lenguaje natural. Algo que no ha pasado desapercibido para la Real Academia de la Lengua -RAE- que acaba de lanzar su último proyecto, LEIA, acrónimo de Lengua Española e Inteligencia Artificial y cuyo objetivo es generar recursos lingüísticos, herramientas y modelos que se pondrán a disposición de los centros de investigación, empresas y usuarios de la manera más accesible.

Una de las medidas que emprenderán para lograrlo es la creación de un observatorio de neologismos y tecnicismos donde se recopilarán este tipo de palabras en tiempo real.

Esta iniciativa se enmarca en el Proyecto Estratégico para la Recuperación de la ´Nueva Economía de la Lengua’ que en palabras del Gobierno estatal:  pretende convertir al español y a las lenguas cooficiales en elementos tractores de la transformación digital e impulsar toda la cadena de valor de la nueva economía del conocimiento y de la inteligencia artificial.

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